"Si no tenemos nada que morir, tampoco entonces tendremos nada por vivir".
La vida cristiana no puede ser vivida de otra manera sino que con "Pasión". El hombre común anda por la vida tratando de encontrar algo que el lo encienda, hemos sido diseñados para vivir bajo el calor de la pasión, de la consagración, del la entrega absoluta. Cuando así lo hacemos nos sentimos plenos.Sin ese fuego careceremos de motivo que nos impulsen a vivir de manera entusiasmada, deambulamos por la vida buscando incesantemente algo que nos llene, que nos impulse, que nos encienda. Al no hallarlo caemos en una vida sin razón, sin propósito, una vida monótona en donde por momentos se mezcla el aburrimiento, (es decir un desinterés por todo), y es Frustración. Será Por eso que cada vez el hombre cae en mayores des{ordenes tratando de silenciar el vacío de sentido en la vida.
Nuestro amado Padre nos creó para arder soló para El, para sentir una profunda y maravillosa
"Pasión Por Su Presencia"
Nustra alma encuentra la plenitud cunado somos atrapados por Jesús, Cautivados por su tremendo amor . la esencia de la pasión justamente es propiciada por la revelaci{om del amor de Jesús cuando captamos lo que él ha hecho por nosotros. Ese amor despierta nuestra admiración, nuestro agredecimiento, nuestra entrega absoluta e incondicional, despierta la llama de la Pasión.
Dios es le encargado de iniciarr el fuego. Así lo esperimento Moisés cuando fue atraído por la zarza que ardía por Fuego, y la zarza no se consumía. Moisés fue rapidamente se da cuanta que esta frente de un hecho totalmente diferente. Dios es el que se revela a nuestro corazón, él toma la responsabilidad de despertarnos de nuestro letargo espiritual; sin embargo somos nosotros luego, quienes debemos mantener nuestra alma encendida.
Por naturaleza, los fuegos tienden aapagrase, por muy fuertes que se levanten, al correr de las horas, de los días se irán extinguiendo. Como cristianos, amedida que el timepo va transcurriendo, y el aceleramiento de la vida nso invade, también corremos el riesgo de enfriarnos. Poco a poco perdemos la expectativa, el interés, la inquietud de buscar más tiempo de intimidad con El.
Sin pasión, no somos diferentes al resto de los hombre. Caemos en la regiolisidad, el brillo inicial que nos había entregado la pasión vuelve a opacarse. La Vida se oscureciendo. Caemos en la apatía la i
Nuestro amado Padre nos creó para arder soló para El, para sentir una profunda y maravillosa
"Pasión Por Su Presencia"
Nustra alma encuentra la plenitud cunado somos atrapados por Jesús, Cautivados por su tremendo amor . la esencia de la pasión justamente es propiciada por la revelaci{om del amor de Jesús cuando captamos lo que él ha hecho por nosotros. Ese amor despierta nuestra admiración, nuestro agredecimiento, nuestra entrega absoluta e incondicional, despierta la llama de la Pasión.
Dios es le encargado de iniciarr el fuego. Así lo esperimento Moisés cuando fue atraído por la zarza que ardía por Fuego, y la zarza no se consumía. Moisés fue rapidamente se da cuanta que esta frente de un hecho totalmente diferente. Dios es el que se revela a nuestro corazón, él toma la responsabilidad de despertarnos de nuestro letargo espiritual; sin embargo somos nosotros luego, quienes debemos mantener nuestra alma encendida.
Por naturaleza, los fuegos tienden aapagrase, por muy fuertes que se levanten, al correr de las horas, de los días se irán extinguiendo. Como cristianos, amedida que el timepo va transcurriendo, y el aceleramiento de la vida nso invade, también corremos el riesgo de enfriarnos. Poco a poco perdemos la expectativa, el interés, la inquietud de buscar más tiempo de intimidad con El.
Sin pasión, no somos diferentes al resto de los hombre. Caemos en la regiolisidad, el brillo inicial que nos había entregado la pasión vuelve a opacarse. La Vida se oscureciendo. Caemos en la apatía la i
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias...!